Museo

El salmantino Ángel Mateos Bernal (Villavieja de Yeltes, 1931) es un escultor significado por su empeño de crear una escultura exclusivamente en hormigón. Esta elección matérica no constituye un prurito de fácil identificación, sino que responde a unas incitaciones íntimas (su padre era constructor de obras) y a unos propósitos analíticos (sensibilización de un material de vigencia contemporánea, mediante ensayos de mezclas diferentes, recurso a coloraciones y, sobre todo, empleo de maderas diversas para el encofrado, tratadas con sierra o con cepillo, para obtener modificaciones texturales).

Iniciado en la figuración mimética, Mateos pronto se desvió de la estatuaria tradicionalista, y ello lo hizo sin olvidarse de la Naturaleza, de la «imago mundi». Pasó de la figura a su serie de Acantilados, escultura-paisaje de carácter telúrico y disparada hacia la abstracción. Convencido de que la figuración escultórica en nuestro tiempo ha sido agotada por la obra de Moore, Ángel Mateos en 1967 se decide por los modos de la abstracción geométrica simultáneamente por el uso exclusivo del encofrado de hormigón.

Esta escultura tan personal, se viene desarrollando en un proceso dialéctico muy radical. Mateos parte de una escultura angulosa, afanada en la delimitación de espacios interiores, inclinada a formas y texturas expresivas (Canto al espacio). Pero frente a estas obras que le ocuparon entre los años 67 y 71, el artista responde con otra serie, Cubos (1971-72), de rigurosa imposición geométrica, de propósito racionalista, paralela a la anterior únicamente en su interés por el espacio interno. Creo que sus nuevas series, Dólmenes y Menhires (1972-74), significan la síntesis en que triunfan la geometría, la expresión matérica y la musicalidad espacial, dentro de un constructivismo bello, basado en una estructura de intersecciones en ángulo recto. Fue una escultura megalítica y profundamente arquitectónica, no solo por su apariencia, sino por su tensión a una superación del volumen por el recinto, por su intuición del espacio habitable, cuatridimensioflal.

Entre 1974 y 75, el salmantino establece una nueva antítesis; crea su serie Flexiones, verdaderos paramentos, sometidos a dobleces y tratamientos geométricos grandemente expresivos y convincentes. Esto lo llevó inmediatamente a nuevas construcciones iniciadas en 1976, Inversiones, en las que purifica las estructuras arquitectónicas previas, consigue fuertes delimitaciones espaciales, pero pierde, a mi entender, su sentido de arquitectura trascendental.
Sea cual sea el futuro de su desarrollo, la obra de Mateos es ya característica de su autor y de nuestro presente, y además supone ahora una original aproximación a la tendencia minimalista o de estructuras primarias.

José Marín-Medina
Del libro "La escultura española contemporánea"
Síntesis abstractas y últimas tendencias

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